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El aeropuerto tenía la capacidad para recibir aviones de mediano tamaño como un Boeing 757 o un Airbus A321. En los últimos años, San Javier ha seguido modernizándose, tanto en infraestructuras como en doctrina. Durante la Guerra Civil Española, pasó a manos de las Fuerzas Aéreas de la República, sirviendo como centro de instrucción de pilotos.

Rombos del personal destinado en la AGA

En 1943, la base aérea de San Javier se convirtió en sede de la Academia General del Aire, con la función de formar a los futuros oficiales en los aspectos militar, aeronáutico, cultural y físico. Desde entonces, el Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia (LEMI) recibe todo el tráfico civil de la zona. La base aérea militar data de la década de 1930 y está situada en el extremo norte del aeropuerto.

Museo de la Academia General del Aire y del Espacio

La enseñanza elemental tuvo en la avioneta Bucker Bu-131 su principal instrumento didáctico entre septiembre de 1945 y marzo de 1976. A partir de febrero de 1958 se constituyó el escuadrón de vuelo básico con los primeros aviones Beechcraft T-34 Mentor. Estos aviones formaban parte del material recibido gracias a los acuerdos de amistad con los Estados Unidos de Norteamérica.

Tras la contienda, la base fue integrada en el recién creado Ejército del Aire, consolidando su función como núcleo formativo. Esta instalación, con casi un siglo de historia, ha sido clave para la formación de pilotos y el desarrollo del Ejército del Aire y del Espacio. Todos los pilotos que forman parte de este grupo son pilotos de caza y ataque, formando parte del 794 escuadrón de la Academia General del Aire (AGA) en San Javier (Murcia). Asimismo, colaboran en el reentrenamiento de pilotos de unidades de caza y ataque, así como con la Armada y el Mando Aéreo de Combate (MACOM) en misiones y vuelos programados con diferentes unidades. «El día 4 de junio de 1985, a primeras horas de la tarde, despega de San Javier la formación Águila, compuesta por cinco aviones C-101. Todos los pilotos que forman parte de este grupo son pilotos de caza y ataque, formando parte del 794 escuadrón de la Academia General del Aire y del Espacio (AGA) en San Javier (Murcia).

La Patrulla Águila jubila sus aviones en un último vuelo sobre las playas que la vieron nacer hace 40 años.

A lo largo de estos años, la Patrulla Águila se ha caracterizado por la excelente preparación, seguridad y disciplina en vuelo de todos sus pilotos y mecánicos. La colección museística recoge una serie de elementos representativos de los casi 70 años de existencia de la academia. En septiembre de 2010 se inauguró el primer curso escolar conforme a este nuevo modelo de enseñanza militar. Al desarrollarse el Ejército del Aire, fue necesario dotarlo de una academia general de oficiales, al igual que el Ejército y la Armada. En el momento de su cierre operaban en el aeropuerto diez aerolíneas, que volaban a diversos puntos de Europa.

Emblema de la Academia General del Aire y del Espacio (AGA)

El sistema de enseñanza militar está integrado en el sistema san javier air show educativo general y proporciona a los alumnos la capacitación para la incorporación a sus respectivas escalas. En esta nueva etapa, de nuevo fue su misión principal la enseñanza de vuelo, y se creó la Escuela Premilitar Aérea, la cual formaba a los pilotos de complemento. El 29 de septiembre de 2010 tuvo lugar la ceremonia de inauguración oficial del primer curso académico conforme al nuevo modelo de enseñanza. Entre estos aviones cabe destacar el ubicuo Junkers Ju-52, los bombarderos Heinkel He-111 y, tras los citados acuerdos con Estados Unidos, el transporte polivalente DC-3.

Historia

La primera de esas formaciones acrobáticas fue la que se creó en la base de Matacán en 1954, compuesta por aviones T-6. El personal de mantenimiento pone sus desvelos, conocimientos y todo su afán en tener los aviones a punto para cada exhibición o sobrevuelo.

Anteriormente, existían vuelos diarios a Madrid-Barajas, siendo esta la única conexión nacional del aeropuerto. Allí se establecieron también tribunales especiales de Aviación encargados de llevar a cabo la depuración franquista de los militares capturados. Estas entidades han prestado auténticas joyas de la aviación que cubren más de un siglo de historia, desde el T-6 Texan hasta el Sabre o la Bücker. En 1943 se fundó allí la Academia General del Aire (AGA), institución encargada de formar a los futuros oficiales del aire. Tras el éxito de este primer vuelo, y a tenor del interés que despertaron y los éxitos que fueron cosechando durante las primeras exhibiciones, se aumentó a seis el número de aviones y se le incorporó el sistema de humos blancos, para realzar las maniobras.

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